Más recortes de derechos laborales en Paraguay

Más recortes de derechos laborales en Paraguay
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Por Víctor Báez Mosqueira

Una de dos: o Santiago Peña está preparando la excusa para justificar en el 2028 por qué no creó los 500 mil empleos prometidos o está avanzando más con su embuste, dando falsa esperanza a la gente de que es posible un mejor futuro, mientras le recorta sus derechos. No importa cuál de las dos posibilidades escojamos, la consecuencia para el pueblo paraguayo será el empeoramiento de sus condiciones de trabajo y de vida.
El presidente de Paraguay ha anunciado en un evento empresarial que próximamente impulsará una “histórica reforma” porque “el empleador está chocando contra elementos que no le permiten progresar. Uno de ellos es nuestro marco jurídico en el mercado laboral”
Agregó que él odia los populismos de derechas y de izquierdas y subrayó que la estabilidad laboral le está condenando a los trabajadores paraguayos a no jubilarse. Por culpa de esa ley, dijo, “los empresarios, muy a su pesar, deben despedir a trabajadores a quienes han formado”
Peña dice odiar a los populismos de derechas y de izquierdas, siendo él mismo un populista de derechas, caracterizado por su libertarismo y por culpar a la gente que trabaja o a las leyes que protegen derechos por todos los padecimientos que sufre nuestra sociedad, relevando de responsabilidad a los sectores verdaderamente privilegiados que se oponen a una sociedad más justa.
La real intención de Peña, al pretender eliminar la estabilidad alcanzada con 10 años de trabajo continuado en una empresa, es facilitar la vida de sus aliados, los empresarios. Basta tomar un Bolt o Uber para ver un trabajador que fue despedido, antes de llegar a los 10 años, por un acto abusivo de su empleador. En otras palabras, el empresario despide al trabajador/a para impedir que éste alcance un derecho. Está cometiendo un acto ilícito, un fraude. Lo hace para evitar que una persona alcance la titularidad de un derecho. Para que, a partir de ahora, ese fraude ya no exista, Peña plantea eliminar el derecho adquirido. Vaya lógica!
Lo mismo podrá decir si hay un quebrantamiento de la ley en áreas como, por ejemplo, la violencia intrafamiliar que va creciendo. Para resolver la situación podría proponer suprimir la legislación al respecto. Esto sería un despropósito. El número de víctimas crecería de manera inexorable.
Peña pretende hacernos creer que, eliminando la estabilidad laboral de los 10 años, los patrones ya no despedirán a los trabajadores con antigüedad, pero ocurrirá exactamente lo contrario. Se incrementarán los despidos de quienes ya tengan cierta edad, justamente de esa gente a la que le será mucho más difícil encontrara otro trabajo.
Santiago Peña tiene la caradurez de decir que muchos no se jubilan porque esa ley de estabilidad laboral se lo impide, pero en realidad el 80 por ciento de la población paraguaya no se jubilará por la desidia de los sucesivos gobiernos en la implantación de un verdadero régimen universal de seguridad social. El populista de derechas Peña aplica a rajatabla la política del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial de tirar migajas a sectores muy vulnerables de edad avanzada, con miserables 600 mil guaraníes en concepto de pensión para adultos mayores, condenando a la gente de mayor edad a mantenerse en la miseria, sin ofrecer una alternativa, aunque sea a mediano plazo, a la gente que va cumpliendo más años.
Si Peña quiere crear 500 mil puestos de trabajo debe tener fondos para hacerlo. Puede cobrar los impuestos que su gobierno perdona a sectores privilegiados que se enriquecen con el modelo agroexportador, destinar esos recursos para fortalecer una verdadera banca de desarrollo que estimule la pequeña y mediana empresa que es la que crea 60 por ciento de los puestos de trabajo en América Latina y el Caribe, según la CEPAL. Eso, para empezar.

Otros recortes se proyectan

Recorte de derechos

Para ir concluyendo, es importante recordar que no solamente está en juego la estabilidad laboral lograda con 10 años continuos de servicios. Peña prometió hacer” el mayor cambio en la ley laboral de la historia del Paraguay”. Dicho en otras palabras, está planeando muchos otros recortes de derechos utilizando como cazabobos su ya conocido espejismo (no es otra cosa que eso) de los 500 mil puestos de trabajo.
Para seguir abundando en datos, mostrando que el gobierno de Peña tampoco tiene la fama internacional de defender los derechos de la gente que vive de su trabajo, este año las autoridades paraguayas debieron sentarse en el banquillo de los acusados en Ginebra, en la Conferencia Anual de la OIT, señaladas por el Comité de Expertos de la Organización Internacional del Trabajo, por no tener las políticas necesarias de inspección del trabajo, lo que había motivado entre otras cosas, la muerte de muchos trabajadores.
Si con su populismo de derechas, disfrazado a veces con términos técnicos, la propuesta de Peña es la de los privilegiados, resta saber cuál es la contrapropuesta, en términos estratégicos de país y específicos de quienes trabajan o buscan trabajar, por parte de las organizaciones sindicales, los partidos de la oposición y las demás organizaciones ciudadanas.

Victor Baez Mosqueira