Venezuela de Maduro y el Mariscal López, un análisis político-sibilino-satírico-histórico

Venezuela de Maduro y el Mariscal López, un análisis político-sibilino-satírico-histórico
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Por Joaquín Catalejo

Como ahora uno no puede dejar de opinar sobre Venezuela, quiero colaborar haciendo este análisis sobre el tema. Es que todos, gracias a San Google y las redes, nos convertimos, últimamente, en expertos en relaciones internacionales, en derecho electoral y sobre todo en la nueva rama de la política, somos venezolanologos.

Esto se suma a las últimas tendencias de la ciencia política, fortalecida con los conflictos o elecciones, como ser argentinologo, o ucraniologo, o palestinologo, lo que nos va acercando a poder ser acreditado como verdaderos “Todólogos”, el ansiado título de los navegantes de las redes.

¿Por qué Mariscal López y Venezuela de Maduro?

lopezEs que hace un poco más de 150 años, se producía la debacle del pueblo paraguayo, en manos del ejército aliado de la Triple Alianza, Brasil, Argentina y Uruguay, y es donde se pueden ver grandes similitudes a la situación actual de Venezuela.
Pero vayamos al tema. Cuando en enero de 1869, Asunción cae en manos de los aliados, dándose el terrible saqueo y destrucción de la capital paraguaya. Además de hacer fogatas, con los restos de las casas destruidas para iluminar las noches y seguir con el saqueo, empiezan a aparecer algunos relatos, para algunos documentos, hoy tomados como estrictamente verídicos, sobre el monstruoso e irracional único responsable de la hecatombe, el dictador Francisco Solano López. Hoy en la crisis venezolana, atendiendo a las redes sociales y la prensa, tenemos también un solo responsable, Nicolás Maduro.

En 1869, una profusa y exuberante literatura, ayudó a ir mezclando hechos históricos con ficciones, lo que hasta hoy dificulta la adecuada comprensión de estos sucesos. Se fueron eligiendo, meticulosamente, los temas sobre los cuales se debía cargar la tinta de la verdad verdadera sobre el Tirano. Porque, entendamos, que todo lo que estos relatos decían, eran verdades absolutas. Como hoy, en Venezuela, si la oposición dice que ganó, sin aportar nada nuevo, esa es la verdad. Lo que dicen las autoridades venezolanas, son todas mentiras, ¡¡absolutamente todas!!

Sobre los escombros de la Asunción destruida, aparecía uno de los temas preferidos en esa maratónica leyenda, los relatos sobre los Juicios de San Fernando. Los famosos procesos a los acusados de una amplia conspiración, contra la titánica resistencia paraguaya a los invasores. ¨Son todas mentiras¨, gritaban los voceros legionarios, ¨nunca hubo esa tal conspiración, ¡ni se aceptó dinero del comandante brasileño Caxias! Son calumnias de López, el dictador y asesino¨. Casi calcado a los gritos que se escuchan, en todas las noticias sobre la Venezuela de hoy, casi todas dichas por no venezolanos.

Lo anecdótico, y como hoy también, es que la principal fuente de este relato negacionista, tiene un principal guionista, el entonces embajador norteamericano Charles Wáshburn. También podríamos poner como co- guionista, al entonces cónsul francés Laurent Cochelet. Es decir como hace 150 años, hoy tenemos en Venezuela a los EE.UU. y a países europeos, como poseedores de la verdad arbitraria y defensores de la humanidad.

Otro de los temas que tomo impulso hace 150 años fue el tema de la mujeres Traidoras- Destinadas. Eran las mujeres de las familias implicadas en la conspiración descubierta. Estaban obligadas a acompañar al ejercito de famélicos soldados y civiles que huían de las tropas imperiales que les daban caza. Se construyó el discurso recalcando la diferencia entre Residentas y Destinadas, entre Patriotas y Traidoras. Hoy en Venezuela solo es válido el relato de la, casi, inmaculada, Corina

Machado, la destinada. Si lo dice la ministra y ex-canciller Delcy Rodríguez, la residenta, es siempre mentira, calumnias fraudulentas.

Así como hoy en Venezuela se tiene tres principales fuentes para conocer la verdad, el vocero del departamento de Estados yanqui, la Comunidad Europea y la cadena CNN, hace 150 años los detentores de la verdad eran los mencionados embajadores extranjeros: La ciudadana francesa Dorotea Duprat de Lasserre, cuyo esposo, padre y hermano fueron fusilados por alta traición; y Hector Decoud, de la familia Decoud, radicada en Buenos Aires y desde allí, a través de sus escritos de combatieron contra el Paraguay.

Total coincidencia, 150 años después, cuando los venezolanos luchan por su independencia, por su derecho a la autodeterminación, desde el exterior, en especial Miami, son inmisericordemente atacados. Todo esto sería cómico, si no fuera trágico. Pues las anécdotas, en ambas épocas son delirantes, como la instalación en Asunción, en 1869, de un gobierno títere, mientras el ejército aliado perseguía y masacraba paraguayos en Piribebuy y Acosta Ñu. En Venezuela los gobiernos títeres, como el gobierno paraguayo y otros, reconocían al excéntrico Juan Guaidó, un verdadero mamotreto, como verdadero presidente de Venezuela (entre nos, ¿alguien sabe que se hizo de este personaje?). O llamar a elecciones presidenciales, en 1869, mientras se combatía en las cordilleras del Amambay.

Así en Venezuela son limpias las elecciones cuando gana la oposición, como en la última elección parlamentaria donde fue electo presidente del parlamento el personaje Guaidó, pero son un total fraude cuando pierden.
Es importante para los paraguayos recordar hoy, los discursos de los llamados “soberanos”, cuando denunciaban la intromisión de gobiernos extranjeros, al darse el golpe contra el gobierno de Lugo, o cuando se escandalizaban por las últimas intervenciones de la embajada norteamericana en “asuntos internos” del Paraguay. Hoy están pidiendo a gritos la intervención extrajera, el derrocamiento de un gobierno e incluso el asesinato del “dictador”. Igual que hace 150 años, lo gritaban los aliados en el Tratado Secreto de la Triple Alianza, más sus aliados liliputienses de la Legión Paraguaya. Recordemos la muy expresiva frase de los legionarios luego del desastre, “Les pedimos(a los aliados) que nos ayuden a matar las pulgas, y terminaron destrozándonos el catre”.

kavichui