Siglo XX da una triste despedida

Siglo XX da una triste despedida
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En contra de la opinión de muchos

el Siglo XX se está extendiendo por demás, aunque se acerca a su triste final ya entrado el XXI. La despedida es lamentable, con mucho dolor y con una irracionalidad manifiesta que, de alguna manera, señala el doloroso parto de lo que se vivirá en este nuevo siglo.

La mirada a vuelo de pájaro sobre el siglo xx muestra las más grandes hazañas de los seres humanos, en el desarrollo del pensamiento, de la construcción de sociedades vivibles, derechos humanos y sociales, la búsqueda incesante del bienestar, los viajes a las estrellas e incontables etcéteras. En el mismo sentido, pero al revés, el siglo xx ha sido terrible, porque ha generado maldades y sufrimiento humano que son imposibles de cuantificar; entre ellas las dos guerras mundiales, el lanzamiento de dos bombas nucleares sobre población civil, el colonialismo expoliador de regiones enteras, el genocidio de pueblos, la destrucción del planeta y un sin número de tristes hechosPero, aparentemente el siglo xx no termina de ir, ha tomado el inicio del xxi como su despedida, mostrando como nunca antes, en tiempo real, esas dos caras: sus portentosos logros, de un lado, y sus miserias más terribles, del otro. Pero sin duda, la cara de la maldad es la que, con dolores y muertes, encubre otros fines no menos reprochables.
Uno de ellos es el genocidio del pueblo Palestino precisamente por un estado que se arroga la herencia de aquellos creyentes judíos que sufrieron el holocausto, bajo el plan del Estado Nazi de genocidio. Hoy, en tiempo real, se puede observar lo que sucede en Gaza, pero también la brutal conducta de los adalides de “la democracia y de los derechos humanos”, Estados Unidos y la Unión Europea, quienes dotan de armas y municiones al Estado de Israel con las que matan a mansalva a palestinos y, por el otro, en una muestra de descarada hipocresía, arrojan alimentos desde aviones para los desesperados palestinos que sufren muerte y hambre a causa del bombardeo de Israel con sus armas y recursos.
El otro es el actual enfrentamiento armado que se da entre Rusia y Ucrania que actúa como intermediaria de los intereses europeos y estadounidense. Descaradamente se utilizó a Ucrania y a su pueblo como como chivo emisario en el intento de remodelar otro país, otra nación, para apropiarse de los recursos inmensos que están en juego. Rusia como heredera de la Unión Soviética y la emergencia de China, vuelven a barajar las cartas mundiales y, en conjunto con otros países, replantean la realidad existente. “Ya no es posible un mundo unipolar”- dice hoy, a voces – “debemos construir un mundo multipolar que permita una mejor distribución de los beneficios de la humanidad”. Los líderes del “occidente global” (nuevo concepto para referirse a los estadounidenses y asociados) que han demostrado una mediocridad espantosa, en respuesta hablan de la III Guerra Mundial, como si estuvieran en una charla en torno a la mesa de bar.
La sola posibilidad de que esto último ocurra ya constituye una trágica despedida del siglo xx e inicios del xxi porque, por un pequeño desliz, no habrá mañana.
Por todo esto, no se puede dejar de apoyar las actitudes e iniciativas que varios mandatarios del continente han tomado respecto a estos acontecimientos, Lula de Brasil, Petro de Colombia, Boric de Chile, entre otros y la postura pacifista de los pueblos de Europa que enfrentan las arbitrarias iniciativas y opiniones de sus gobernantes, soberbios pero sordos y ciegos.
Hay que valorizar también, y mucho, la iniciativa del gobierno de Sudáfrica que, sobre la base de su experiencia histórica, impulsó el juicio por genocidio del pueblo palestino contra el estado de Israel pues, los intereses que esconde este conflicto han inviabilizado a la propia Organización de las Naciones Unidas, imposibilitada de hacer cumplir su mandato constitutivo de impedir que suceda lo que está aconteciendo.

 

Ernesto Heisecke